Apuntes campañeros
¿Le hicieron justicia a Alfredo? Fue lo que me pregunté cuando leí el comunicado de la sesión del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Colima (IEE), al aceptar la modificación de la lista de candidatos plurinominales de MORENA, misma que le dio entrada al legislador del sombrero a una cuarta posición que no precisamente le asegura la permanecia en el Congreo, pero “peor es nada”. Al diputado que dio batalla en la defensa del maíz y que ha impulsado el avance de la agroecología en el estado, no le había tocado nada: ni candidatura, ni posición, ni… nada, a pesar de ser uno de los legisladores que por lo menos propuso un tema claro y lo llevó a lo largo de la legislatura. Es de admirar su disciplina y coherencia, pues el morenista cuenta con un importante apoyo en colonias y comunidades de Colima que sí inclina balanzas al momento de los votos. Más vale tarde que nunca.
La falsedad del Instagram. No se engañe con lo que ve en la red social de las fotos y reeles. No se fíe de los filtros, la ropa costosa, los hoteles lujosos, las curvas exhuberantes, las imágenes de platillos caros; tenga cuidado con lo que ve en “Instagram” porque mucho del contenido es solamente pose y ángulos que disimulan o sugieren realidades que no son. Así mismo los políticos que han apostado a este como el único medio para obtener votos (de tiktok hablaremos después), también son poses, también son realidades alteradas, situaciones planeadas y editadas…. Es simple descubrirlo: siéntelos a una entrevista de verdad en la que le cuestione sus planes, objetivos, maneras de aplicarlos y/o por qué no logró eso mismo que promete en la legislatura que pausó para ir, de nuevo, a prometer al electorado.
Atípico. Así catalogo este proceso electoral en el que todos se han pasado por ahí las reglas del juego. Para que nadie se me enoje lo diré de otra forma: Se viven nuevos tiempos en los que el ambiente electoral ha tomado un rumbo atípico que establecería nuevos lineamientos en el futuro (¿sonó mejor?). La precampaña tuvo una pre-precampaña iniciando por las corcholatas y seguida por el proceso (de a mentis, según dijo Jorge Preciado) de la oposición para establecer a la señora “X” como candidata. El órgano electoral se debió adaptar. El precandidato presidencial naranja se echó para atrás porque no le cumplieron el capricho de dejar a quien quería como gobernador de Nuevo León y luego puso a su compadre como candidato. En lo local es hora en que hay duda sobre algunas candidaturas por el tema de género y elegibilidad, además de que postularon a figuras que no hicieron nada en su cargo anterior inmediato y buscan ahora otro o repetir. Los naranjas entregaron incompletos sus papeles para las pluris, forzaron enlistar a su delegado nacional convertido mágicamente en colimense de 5 años cuando solo tiene uno de haber llegado a Colima. A esos súmele otros más que desarrollaré en su oportunidad, pero llama la atención lo atípico de la campaña en la que no hay planes ni propuestas sino fotos, bailecitos, colores y risas fingidas.
¿Y la seguridad? De aquí en adelante cuando entreviste a los candidatos no les preguntaré sus planes para traer seguridad a sus municipios. No. En lugar de ello cuestionaré: “de resular electo ¿A quién le echará la culpa los siguientes tres años sobre la inseguridad? Definitivamente será una pregunta mucho más coherente, sencilla, apegada a los planes de los candidatos, totalmente realizable, clara, realista, que no genera demasiada expectativa ni falsas ilusiones, que no compromete ni hace quedar mal y que hasta el presidente puede responderme en cualquiera de sus mañaneras.
Mentirosos. Pienso que el nivel más alto de mentira es el autoengaño, es decir, llegar a un punto en el que te convences a tí mismo de algo que tú mismo sabes que es mentira, pero te lo crees. En este sentido, he sabido de eventos proselitistas a los que no asiste ningún ciudadano sino solamente miembros del equipo de los candidatos y ellos lo saben. Eventos “multitudinarios” ( de a mentis) en el que cargan hasta con los prestadores de servicio universitario, sí estudiantes de la Universidad, para que vayan a aplaudirle a sus funcionarios con licencia que buscan ahora otro puesto (y si la columna llega a mil vistas les digo de qué ayuntamiento porteño es) y que quieren mostrar músculo aunque no sea genuino. Igual se ve cuando critican imposiciones de candiatos y hacen exactamente lo mismo. Se engañan ellos y solo ellos. El resto simulamos que no nos damos cuenta para ver hasta qué punto son capaces de armar y creerse sus propios cuentos.
Hasta aquí los apuntes de hoy.
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