Belleza en partes

Opinión

 

Por: Carlos Alberto Pérez Aguilar

Con motivo de una entrevista, hace unos días asistí al consultorio de un reconocido cirujano estético; en la recepción coincidí con una amable señora de quien, a primera vista, resulta difícil calcular su edad.

De su voz escuché cuando con mucho orgullo presumió a las recepcionistas que en noviembre cumpliría 70 años de edad, pero que todo mundo le decía que parece de 50, aunque, afirmó, que se sentía con más vitalidad que sus hijos de 40.

Dijo que era su segunda intervención del año, sumada al tratamiento hormonal que paga con lo que recibe de su pensión de bienestar; esta vez planeó una cirugía en los oídos ya que creía que la firmeza de sus lóbulos se había perdido. Giré a verla, me di cuenta que, quizás, sus oídos era lo único que le faltaba operarse.

Claramente, cada quien puede hacer con su cuerpo lo que desee. Pienso que es normal, si está en posibilidades y eso no daña a nadie, darse la ayudadita puede traer consecuencias positivas si de la misma manera se hace con una reflexión personal, atendiendo la salud mental y los aspectos psicológicos, emocionales de cada paciente.

A través de la Revista CONAMED, órgano oficial de sugerencias legales de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, los especialistas Ricardo Landa Reyes, Aramara Yasmin Aco Flores y Alejandro Alcaraz García hacen una serie de planteamientos de los alcances legales pudiera resultar de una intervención estética.

Se considera la necesidad imperante de contratos bien definidos, dado que, a diferencia de la cirugía reconstructiva, en la cirugía plástica estética el paciente “se somete a un riesgo innecesario desde el punto de vista de su salud física, buscando una satisfacción psicológica subjetiva”.

“Las inclinaciones mercantilistas que ha tenido la medicina, llevan a que los mismos médicos generen las expectativas necesarias para que la sociedad solicite estos servicios”, considerando que en muchos casos es indispensable, la opinión de un psiquiatra para juzgar el estado mental del paciente y considerar los beneficios que esta transformación traerá a su vida.

El documento advierte que, en el caso de los menores de edad y adolescentes, “la decisión de cirugías estéticas se ve drásticamente afectada por la inestabilidad emocional e inmadurez”, desde la CONAMED se advierte que, incluso, una desvalorización de la imagen corporal trae como consecuencia reacciones depresivas.

La regulación oficial de la Cirugía Plástica Estética no existía hasta el pasado 11 de agosto del 2023 en nuestro país, cuando ingresó al Plan Único de Especialidades Médicas en el que se exige, de forma obligatoria, una evaluación psicológica para proteger a los menores antes de realizarse una cirugía plástica, en adultos sólo se sugiere, cuando no estaría de más, ante el gran aumento de pacientes que buscan ayuda en la mano de un cirujano en nuestro país, y aprovechemos la oportunidad para que antes de verse bien, los clientes se sientan mejor consigo mismos.

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